Hasta el 2009, el Ecuador modernizará su sistema de alerta de tsunamis. Esa fue una de las metas que el grupo coordinador del Sistema de Alerta de Tsunamis del Pacífico Sur fijó para el país durante la XII reunión.
De esta forma se reforzarán los sistemas de detección temprana de este tipo de fenómenos naturales, así como el apoyo y socorro para la población. Mientras que en el área de comunicaciones regionales, se afianzó el grupo del Pacífico sudeste, conformado por Colombia, Ecuador, Perú y Chile.
Por ejemplo, el Centro Internacional sobre Tsunamis, con sede en Hawai, se comprometió a reforzar las labores de capacitación y entrenamiento de este grupo.
También se brindará capacitación a los centros nacionales que manejan el sistema de alertas de este fenómeno. Y se resolvió la instalación de nuevos sensores de cambio del nivel del mar.
Mario Proaño, director del Instituto Oceanográfico de la Armada Nacional (Inocar), destacó la falta de planes de información y educación para la ciudadanía en el país. Por ello, se solicitó a las autoridades responsables de las emergencias actualizar los planes de evacuación en las zonas costeras ante los eventuales fenómenos.
Como característica del territorio nacional, Proaño explicó que a diario se registran múltiples sismos, aunque son de mínima intensidad. “Estamos en un área altamente sísmica porque estamos ubicados en la placa de Nazca”. Añadió que los sismos de entre 6,5 y 7,5 grados en la escala de Richter pueden causar tsunamis.
Proaño acotó que un terremoto se produce por la fricción entre las placas del fondo del mar y del continente. Si esas placas tectónicas se mueven horizontalmente no hay riesgo de tsunami. Pero si el sismo produce una fractura nueva (movimiento vertical), o tiene su epicentro en el mar se puede generar un oleaje gigante.
En el país no se ha detectado fuertes sismos por más de 25 años. Entre los antecedentes de eventos telúricos resalta el terremoto de 1906 en Manta, que tuvo una intensidad de 8,8 grados. Este ocasionó una ola que afectó la costa norte. Y en Esmeraldas hubo otro de 7,7 grados en 1958.
Noticia en El Comercio (Ecuador)