¿Es posible reducir en un 90 por ciento el consumo energético de todas las computadoras y televisores?, ¿se puede incrementar hasta 100 veces la capacidad de almacenamiento de las memorias y dispositivos electrónicos?
Sin duda, con el desarrollo de la nanoelectrónica se podrá proveer soluciones para éstas y otras mejoras del medio ambiente y la salud.
Por todo lo anterior, y debido a que la nanoelectrónica es una tecnología clave en el siglo XXI, el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, ha creado la nueva Cátedra de Investigación en Nanoelectrónica, cuyo profesor titular es el doctor Velumani Subramaniam, investigador del Departamento de Física.
Ciencia emergente
“La nanoelectrónica es una ciencia emergente que facilita el entendimiento de las relaciones entre las propiedades físicas y las dimensiones de un material con sus efectos y propiedades electrónicas.
Con la correcta aplicación de esta ciencia se pueden generar muchas investigaciones útiles para la humanidad”, mencionó el doctor Subramaniam.
Explicó que el enfoque de este nuevo grupo de investigación es generar y aprovechar los avances en el campo de la nanotecnología, especialmente los referentes a las propiedades electrónicas de los materiales nanoestructurados, para su aplicación en dispositivos y circuitos eléctricos.
Sin embargo, agregó, “como la nanoelectrónica es una ciencia emergente que requiere de una gran diversidad de especialidades, se tiene la intención de llevar a cabo colaboraciones con diferentes cátedras de investigación y otras universidades nacionales y extranjeras, para realizar la aplicación efectiva de esta nueva tecnología”.
La Cátedra se enfocará en cinco líneas de investigación: La síntesis de materiales nanoestructurados para su aplicación en la industria de los circuitos electrónicos; la fabricación de celdas fotovoltáicas para su uso en dispositivos de transformación de energía; síntesis de nanoestructuras metálicas para mejorar la conductividad electrónica; elaboración de materiales semiconductores híbridos (orgánico-inorgánico) para el mejoramiento de la conducción en las celdas solares plásticas; y exploración de aplicaciones industriales de los circuitos electrónicos utilizando materiales nanoestructurados.
Noticia publicada en El Porvenir (México)