Organizaciones ambientalistas firmantes del Acuerdo de Chagual entregaron este lunes, en el Palacio de La Moneda, un informe ciudadano, alternativo al de la Comisión Zanelli, en el cual refutan técnicamente los argumentos aducidos por la industria nuclear para recomendar el desarrollo de la tecnología nuclear en el país.
Entre los argumentos presentados para la no utilización de la energía nuclear se encuentra la dependencia que implicaría la utilización del uranio, actualmente escaso a nivel mundial en reservas de alta ley.
Asimismo, desmitifican el hecho que los reactores reproductores rápidos puedan solucionar la escasez de este recurso no renovable, pues los únicos prototipos en Japón y Francia -aseguran- fueron cerrados por antieconómicos e inseguros, y sostienen que a la fecha no hay reactores con esta tecnología en funcionamiento en el mundo.
También desmienten que la energía nuclear sea una alternativa limpia frente al cambio climático global, pues, aunque durante la generación el reactor emite poco dióxido de carbono (CO2), al sumar las emisiones de todo el ciclo de combustión (minería, fabricación de combustible, reprocesamiento y disposición final de los desechos radioactivos) las emisiones son significativas y pueden llegar a igualar las de una central a gas.
El documento desestima que la energía nuclear sea la más barata, pues los cálculos que muestra esta industria están basados en estimaciones teóricas, que no corresponden con los costos de la generación nuclear en su experiencia histórica, además de no incluir los costos de transporte, desmantelamiento de las centrales al fin de su vida útil y la disposición segura de los desechos radioactivos por miles de años.
Otro argumento dice relación con que en países sísmicos como Chile, construir plantas nucleares implica riesgos inaceptables para la sociedad, los recursos naturales y el desarrollo nacional, ya que los terremotos han superado históricamente la magnitud de siete en la escala Richter que considera las medidas de seguridad de la industria nuclear a nivel mundial. "El terremoto de Valdivia en 1960 registró una magnitud de 9.7 Richter y el de la zona central, en 1985, fue de 8.5 Richter", indica.
La conclusión de esta investigación alternativa es que optar por la energía nuclear significaría concentrar inversiones de gran escala en una tecnología compleja, riesgosa y rechazada por la ciudadanía, y que alejaría a Chile de la tendencia mundial que apunta al desarrollo de las energías renovables, socialmente populares y ambientalmente sustentables.
El texto recomienda al Gobierno iniciar el desarrollo de un plan maestro de desarrollo energético, que contemple todas las alternativas tecnológicas, analizándolas desde la perspectiva de su ciclo de combustible completo (de la cuna a la tumba) y no en base a sesgos de mercado o del lobby asociado a la industria nuclear.
Noticia publicada en El Mostrador (Chile)