El pelo de esos animales extinguidos y que existieron hace entre 12.000 y 50.000 años fue descubierto en el norte de Siberia.
Uno de los genoma mitocondriales descifrados es el de un mamut descubierto en 1799 en la tundra siberiana y que había vivido hace unos 36.000 años.
Las muestras de su pelo estuvieron guardadas a temperatura ambiental durante 200 años en un museo ruso. "Con solamente 0,2 gramos de ese pelo logramos completar el análisis mitocondrial" de ese especimen, señaló Stephan Schuster, de la Universidad Estatal de Pensilvania.
Antes de este estudio, se había descifrado el genoma mitocondrial de solamente siete animales extintos: los de cuatro pájaros, los de dos mamuts y el de un mastodonte.
Según los científicos, la clave para encontrar esa secuencia genómica está en la queratina del folículo del pelo fósil de los animales.
"El ADN en los huesos o en los músculos generalmente se degrada y se contamina con material genético proveniente de otras fuentes, como las bacterias, lo cual limita su uso", dijo Schuster.
Esa contaminación hace difícil encontrar material absolutamente limpio, lo cual prolonga el estudio que en muchas ocasiones llega a demorar seis años en su conclusión.
Por el contrario, según Webb Miller, también de la Universidad Estatal de Pensilvania, cuando se realiza el análisis del ADN proveniente de un pelo se completa la tarea en tan solo cinco minutos.
En la investigación también participaron científicos de Rusia, Bélgica, Dinamarca, Francia, Italia, Suecia y el Reino Unido.
"Los datos generados por este estudio abren la puerta para lograr la secuencia completa del genoma de un mamut", aseguró Schuster.
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