Un grupo de científicos ha descubierto la región del cerebro que controla si el exceso de energía debe almacenarse como grasa o, por el contrario, quemarse en los músculos de nuestro cuerpo. Los investigadores esperan que sus descubrimientos puedan contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos para paliar la obesidad.
La investigación, financiada parcialmente por la Unión Europea, se ha publicado en el «Journal of Clinical Investigation» (Diario de Investigación Clínica).
La región del cerebro en cuestión es el sistema melanocortina. Hasta ahora se sabía que el intestino informaba a este sistema si el individuo tenía o no hambre. El sistema responde obligando al cuerpo a utilizar o a quemar las calorías.
Este último estudio revela que el sistema malanocortina es también responsable de controlar si la energía sobrante debe transformarse en grasa o si, por el contrario, debe almacenarse o metabolizarse.
Los experimentos realizados en ratas muestran que cuando se estimula el sistema para incrementar la actividad, la grasa se metaboliza. En cambio, cuando los niveles de actividad se reducen, el sistema incrementa la acumulación de grasas. Y todo esto sucede independientemente del nivel de ingestión de alimentos.
«Primordialmente, fuimos capaces de cambiar las señales de tráfico en las llamadas autopistas de nutrientes del cuerpo para que las calorías pudiesen metabolizarse y no fueran enviados a las células de grasa y esto lo conseguimos sin alterar el nivel de aporte alimenticio», explica Matthias Tschöp, profesor asociado de psiquiatría de la Universidad de Cincinnati, que dirigió la investigación.
El equipo de investigadores también analizó a pacientes que sufren de obesidad a causa de un defecto genético en el sistema melanocortina. Los resultados indicaron que el problema lo había causado un error en el almacenamiento de las grasas o en el mecanismo de combustión.
«Nuestros resultados no solo explican por qué la reducción de los niveles de melanocortina, aun sin incrementar el nivel de aporte alimenticio, puede llevar al sobrepeso, sino que además marcan nuevos objetivos de desarrollo de nuevos fármacos para controlar esta patología», indicó el profesor Tschöp. «Estos últimos son primordiales para paliar el problema de la obesidad que está adquiriendo una envergadura internacional».
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