Mide cuatro metros de ancho por tres de largo y tiene grabadas figuras, una de ellas una especie de chamán. Investigadores creen que sería un templo de quillacinga. Vecinos le pusieron guardianes.
"Tenemos que pedirles permiso a la tierra y a los espíritus de nuestros antepasados para saber si podemos seguir", dice Romualdo Criollo, un campesino criado en lo alto del volcán Galeras.
Se quita los zapatos y levanta los brazos. Lo mismo hacen una decena de campesinos que lo siguen en esta expedición para ver una piedra grabada de arte rupestre, la más grande descubierta en Nariño. Dicen que les sirve para sentir su energía.
El hallazgo, calificado como un petroglifo, es decir representaciones gráficas en rocas o piedras, se dio en una investigación que realiza desde hace 11 años el grupo Inti-Rumi, del Centro de Estudios Superiores (Cesmag) de Pasto.
Inti-Rumi -piedra del sol, en lengua nativa- cree que esa clase de piedras podría indicar la existencia de un centro de adoración a los pies del Galeras, quizá de los quillacinga, primeros pobladores del valle de Atriz, donde hoy se levanta Pasto.
El tema es analizado por expertos en arqueología y antropología. Por ahora lo que está claro es su origen volcánico y como aporte para el estudio del arte rupestre indígena.
Diego Gómez, director de Ingeominas en Pasto, dice que no hay fechas exactas de la formación de esas rocas ni de cuándo fueron expulsadas por alguna erupción.
Noticia en El Tiempo (Colombia)