Aún no se ha podido demostrar que los neandertales fueran pelirrojos, aunque el debate lleva tiempo dando que pensar a los científicos. Por el contrario, parece mucho más probable que una morfología similar a la del hombre moderno en el aparato fonador les permitiera desarrollar el habla.
El estudio, publicado en «Journal of Human Evolution», que confirma esta capacidad de los neandertales ha contado con un invitado de excepción: el hioides de Sidrón. Este hueso de la laringe, fundamental para la capacidad de vocalización, es muy escaso en el registro fósil, ya que su fragilidad dificulta la conservación.
Por esa misma razón el hallazgo de un hioides hace algunos años durante las excavaciones que se llevan a cabo en la cueva de Sidrón (Piloña) fue todo un acontecimiento. En ese momento sólo se conocía la existencia de otro hueso de la garganta, perteneciente al yacimiento de Kebara, en Israel. El extraordinario hallazgo de Sidrón venía a sumar otro punto más de excelencia a los muchos que dan al yacimiento la categoría internacional que ya ha alcanzado.
Poco tiempo después de ese hallazgo fueron localizados dos hioides pertenecientes a la especie Homo heidelbergensis -más antigua- en Atapuerca. Ambos han servido para demostrar que la morfología moderna del hioides ya estaba presente hace 530.000 años, los que se calcula que tienen los restos de la Sima de los Huesos de Atapuerca, y, por tanto, que la capacidad de hablar es muy antigua en el género Homo. El estudio que firman, entre otros, Ignacio Martínez, Juan Luis Arsuaga y Laura Rodríguez describe y compara estos fósiles y los de Sidrón y Kebara con los de chimpancé y Australopithecus afarensis, pudiendo concluir que difieren claramente con los dos últimos, mientras que demuestra que las características de la garganta humana son muy antiguas y, por tanto, lo es, asimismo, la reproducción del habla.
Los especialistas afirman que la morfología del hioides de un espécimen fósil no puede ser tomada como la demostración de que podían hablar, pero aseguran que estas características tan semejantes a las del hombre actual indican que neandertales como los que habitaron en Piloña estaban físicamente preparados para hablar. A su vez, el hioides fósil de Sidrón, junto con los heidelbergensis de Atapuerca, ha servido para comprobar la presencia de unas características similares a las de los humanos modernos en la línea evolutiva neandertal.
Mientras los diferentes estudios continúan ayudando a desvelar la naturaleza neandertal, en la cueva de Sidrón prosigue el incesante hallazgo de fósiles, que esta semana ha sumado nuevas piezas dentales, huesos largos y fragmentos de cráneo
Noticia publicada en La Nueva España