Los científicos han identificado un órgano sensorial que el principal mosquito que contagia la malaria, el Anopheles gambiae, utiliza para detectar a sus presas humanas. Los expertos esperan que este descubrimiento ayudará a desarrollar mejores atrayentes de mosquitos que los aparten de los humanos y reduzcan la amenaza de contagio de malaria.
El descubrimiento fue publicado on line la última semana de agosto en "Current Biology".
El órgano sensorial que los científicos han investigado — el palpo maxilar — es una de las tres estructuras que salen de la cabeza del mosquito y que le proporcionan en conjunto el sentido del olfato y del gusto.
Los investigadores creen que el mosquito usa el palpo maxilar para la detección a gran distancia de su presa. Luego emplea su proboscis para las distancias cortas.
Estudios previos sobre el mosquito Aedes aeqypti, el vector del dengue y la fiebre amarilla, mostraron que el palpo maxilar contiene células receptoras sensibles al dióxido de carbono y al octenol, señales químicas emitidas por los humanos.
La nueva investigación demuestra que el palpo maxilar del A. gambiae es sensible también a estas sustancias químicas, pero contiene distintas células receptoras que hacen que este mosquito sea sensible también a otros compuestos específicos de los humanos.
El director de la investigación, Laurence Zwiebel, profesor de ciencias biológicas en la Universidad Vanderbilt en EEUU, declaró a SciDev.Net que actualmente están en proceso de diseñar nuevos atrayentes de mosquitos que distraigan a los receptores del sistema sensorial del A. gambiae. Estas sustancias llevarán a los mosquitos a trampas, lejos de sus víctimas humanas.
La Coordinadora del Centro Nacional para el Control de la Malaria en Zambia, Elizabeth Cizema, declaró a SciDev.Net "Cualquier método nuevo que pueda utilizarse para eliminar la malaria es bienvenido, debido a que la malaria sigue siendo una enfermedad seria y letal en Zambia y en muchos otros lugares."
La investigación es parte de la Iniciativa sobre los Grandes Retos en la Salud Global que pretende desarrollar una estrategia clínica para evitar el contagio de la malaria transmitida por el A. gambiae.
En el estudio colaboraron investigadores del Centro de Investigación en Salud y Desarrollo Ifakara de Tanzania, los Laboratorios del Consejo de Investigación Médica en Gambia, las Universidades de Yale y Vanderbilt en los Estados Unidos y la Universidad Wageningen, de Holanda.
Noticia publicada en Afrol (España)