Las palomas que invaden las plazas y calles de Venecia destrozan cada día los monumentos de la ciudad y además atentan contra los bolsillos de los venecianos, a quienes los problemas higiénico-sanitarios y la restauración del patrimonio que causan estas aves les cuestan 275 euros al año, a cada uno. Un estudio encargado por la Superintendencia de Arqueología de Venecia ha revelado que cada paloma que sobrevuela la ciudad de los canales le cuesta al ayuntamiento 10 euros al año en tareas de limpieza y otros 23 en el mantenimiento de los monumentos.Y se destinan 43 millones de euros al año para resarcir a los agricultores de los daños que causan estas aves en los cultivos de maíz y grano.
A los desperfectos que ocasionan en los monumentos los excrementos corrosivos de las palomas, se sumó hace unos días la denuncia de que las aves destrozan a picotazos las valiosas estatuas y bajorrelieves de la ciudad. Los técnicos de la citada superintendencia, observando algunas fotos de las restauraciones que se están realizando en la fachada del Palacio Real, han detectado que los bajorrelieves están destrozados en algunos puntos debido a los picotazos de las aves. Todas las estatuas estudiadas presentan daños en los mismos puntos, la nariz y los hombros, que es donde las palomas se agarran, se liman el pico y arrancan pedacitos que ingieren para favorecer la digestión. La principal medida para luchar contra la superpoblación de palomas será disminuir el número de vendedores de grano en la Plaza de San Marcos. Se cree que la ausencia de alimento haría disminuir la cantidad de palomas, que ha aumentado en los últimos meses un 25 por ciento debido a un invierno suave.
Noticia publicada en El Diario Montañés (España)