Nada menos que un 10% de los niños en los países desarrollados muestra conductas violentas, un problema al que tampoco es ajeno, lógicamente, España. Siendo una conducta natural, la violencia no se puede extirpar de los niños pero sí socializarla, afirma esta experta.
Pero antes veamos una de las raíces del problema, y aquí, sin duda, toca mirar a los progenitores ya que ellos son, precisamente, primeros responsables de la educación de los menores. “Los padres dan a los hijos todo menos tiempo”, frase contundente e indiscutible que refleja fielmente la realidad cotidiana que viven buena parte de las familias europeas. Nos recuerda la ponente, desde el principio de su intervención, que éste es uno “uno de los problemas que debemos solucionar”.
Hay muchos padres, añade Victoria del Barrio, que “quieren la mejor educación para sus hijos, pero cuando llegan a casa, están muy cansados y estresados por el trabajo, e incluso muchas veces los hijos están ya dormidos”. Es decir, las “horas de vigilia” que pasa un niño hoy con sus padres, “son mínimas”, explica.
Tras este preámbulo, la prestigiosa profesora de la UNED -invitada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) para participar en el curso titulado "Escuela de psicología José Germain. Psicología y violencia"- trató extensamente, ayer miércoles, el tema de “la violencia en el mundo infantil”, ello con gran lucidez y precisión. Aclaró, entre otras cosas, que “la violencia es una conducta natural, por lo que ha existido, y siempre existirá”. En consecuencia, insistió, la violencia en un niño “no se debe extirpar, sino socializar”. El “problema”, según Victoria del Barrio, está en que “hay que controlar cómo ejerce la violencia, cuándo, y qué le lleva a ello”.
La profesora Del Barrio, definió la emoción como “un patrón de reacción hereditario, que involucra profundos cambios globales en los mecanismos naturales”, y explicó que los niños “nacen con tres emociones básicas, que son la ira, el miedo y la alegría”, las cuales según la experta son “necesarias para la especie”, ya que según señaló, “todas tienen su función positiva y negativa”.
Con respecto a la cuantificación del problema de “la violencia infantil”, Del Barrio aseveró que “no hay que alarmar, pero tampoco ignorar”, y puntualizó que, por ejemplo, en los periódicos existe una “tendencia a la minusvalía del problema”, algo negativo debido a que “la única forma de solucionar un problema es reconocerlo”.
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