Los argentinos, campeones mundiales en el consumo de carne vacuna per cápita, ahora pueden entregarse a su plato más tradicional sin temor a que se les dispare el colesterol, indicó un estudio local divulgado el martes que desafía una creencia médica ampliamente establecida.
El prestigioso Instituto Cardiovascular de Buenos Aires publicó el trabajo, que establece que la ingestión diaria de carne vacuna reduce "significativamente los valores de glucemia basal en ayunas, del colesterol total y del LDL (colesterol malo) tanto en hombres como en mujeres."
Los participantes en el ensayo recibieron una dieta de 56 comidas mensuales, 27 de ellas con carne vacuna, que replica los 65 kilogramos anuales por habitante que es el consumo medio de la población argentina, de lejos el mayor del mundo, según datos oficiales.
Estados Unidos, con 43,2 kilos y Uruguay, con 40,6 kilos marchan detrás.
El objetivo del ensayo fue analizar los efectos de la ingestión de carnes elaboradas mediante distintos sistemas de producción: pastoril, con granos y mixto. Y no se registraron resultados dispares en los tres planes de alimentación.
La investigación, que pareciera derrumbar una recomendación médica ampliamente instalada entre la población urbana, tiene particular interés en un país cuya dieta está masivamente basada en la carne vacuna, según señaló en un comunicado Jorge Belardi, director de Cardiología Clínica del Instituto.
Argentina cuenta con alrededor de 50 millones de cabezas de ganado bovino y su población humana ronda los 40 millones.
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