El guanajuatense que diseñó y construyó un mecanismo para generar electricidad con las olas del mar, Antonio Bautista Cervantes, gestiona recursos para iluminar con su invento un pueblo de Jalisco de 3 mil 500 habitantes, llamado La Manzanilla.
La célula que desarrolló es un aparato metálico de forma hexagonal que pesa aproximadamente 700 kilogramos y que se coloca a la orilla de la playa para que, con el vaivén de las olas, se originen movimientos mecánicos que produzcan energía eléctrica. Fue probado en junio de 2006 en la playa La Manzanilla y a principios de este año en la alberca de olas en Comanjilla.
Luego de que su funcionamiento fue testificado por expertos, como el director de Energía Alternativa del departamento de Ingeniería de la UNAM, José López González, el inventor guanajuatense decidió emprender su proyecto.
Presentó la propuesta de instalar un módulo en la playa de Jalisco ante el Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Guanajuato (Concyteg).
El módulo consta de 20 células sobre una plataforma de 6 por 4.5 metros. La energía producida, de 120 kilowatts, alcanza para iluminar un tercio del lugar.
El presupuesto asciende a nueve millones de pesos, de los cuales, el Concyteg aportará la mitad, en caso de ser aprobado.
El objetivo del investigador es lograr la primera unidad con estos recursos, para después instalar otros dos módulos, suficientes para iluminar el total de viviendas del pueblo además de proveer la energía que se requiere en el alumbrado público.
“La idea (...) es producir energía eléctrica para todos los pueblos ribereños”, compartió.
El proceso no contamina el planeta y cuida los recursos naturales debido a que la energía se obtiene de una fuente inagotable: las olas marinas. Se le denomina alternativa por provenir de un elemento de la naturaleza 100% renovable. El sol y el viento son también fuentes de esta energía.
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