Se trata de la denominada "arqueología física", que permite detectar restos de construcciones enterradas mediante una especie de tomografía que se le hace al suelo· El trabajo se llevó a cabo en la localidad catamarqueña de Palo Blanco y estuvo a cargo por un grupo de científicos de la UBA.
Una aldea de unos 2.000 años de antigedad fue hallada enterrada en el noroeste de Catamarca, mediante el sistema de "arqueología física", que permite detectar restos de construcciones antes de llegar a ellos mediante excavaciones, informaron hoy científicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El hallazgo ocurrió en la localidad de Palo Blanco, distrito de Fiambalá, a unos 300 kilómetros de la capital provincial, precisó la antropóloga Norma Ratto, de la UBA.
Mediante la investigación, iniciada hace más de un mes, se comprobó la existencia de ocho núcleos habitacionales, compuestos por tapias realizadas por el sistema de encofrado de madera, rellenada con tierra húmeda, luego apisonada y secada al sol.
Ratto explicó que "éstas son las primeras sociedades productivas que comienzan asentarse en forma sedentaria en aldea, desde donde surgen las primeras diferencias sociales y jerárquicas".
"Faltan palabras para trasmitir el valor cultural e histórico que tiene", sostuvo la antropóloga, "porque hace a la vida misma de todos los pueblos que habitaron esta zona mucho antes de la actualidad", añadió.
El objetivo de esta nueva técnica es, según los especialistas, aplicar técnicas y métodos de la geofísica no invasivos ya que no se necesita excavar para saber lo que hay abajo, ya que a través de estas técnicas se generan especies de "tomografías de lo que está enterrado", explico la antropóloga.
Noticia publicada en Rafaela (Argentina)