Los diamantes, que son una forma distinta de otro elemento, el carbono, son los minerales más duros que se conocen, debido a que los átomos que los forman están fuertemente enlazado entre sí, constituyendo una estructura muy rígida y compacta.
Además de bellas y valiosas, estas gemas son muy duraderas, por lo que su polvo, presente en las rocas más antiguas de la Tierra y producido por las colisiones de cuerpos celestes, es una valiosa ayuda para los científicos y geofísicos que investigan el pasado más remoto del planeta y el sistema solar.
Investigadores estadounidenses han reunido evidencias de que un cometa estalló sobre la Tierra hace unos 12 mil 900 años, originando una lluvia de fuego que hizo arder el hemisferio norte, destruyendo culturas primitivas, acabando con poblaciones de mamuts y mastodontes, y causando un enfriamiento climático que afectó el desarrollo de las primeras civilizaciones.
"Este cometa provocó una onda de choque que cambió profundamente la Tierra", explicó Allen West, geofísico de Arizona. "Fue de unos dos o tres kilómetros de diámetro y se despedazó justo antes del impacto, provocando una serie de explosiones, cada una equivalente a una bomba atómica. El resultado debió haber sido el infierno en la Tierra. La mayor parte del hemisferio norte debe haberse incendiado".
El resumen de la teoría fue expuesto en el encuentro de la Unión Geofísica Americana en Acapulco, México. Un grupo de científicos de Estados Unidos, entre los que se encontraba West, informó que encontró una capa de diamantes microscópicos en 26 sitios diferentes en Europa, Canadá y Norteamérica. Estos son los restos de un cometa gigante rico en carbono que se estrelló en pedazos sobre nuestro planeta hace 12 mil 900 años, dicen. Las enormes presiones y temperaturas gatilladas por los fragmentos golpeando la Tierra convirtieron el carbono del cometa en polvo de diamante. "Las ondas de choque y el calor pudieron haber sido tremendos", dijo.
La teoría del cometa, respaldada por evidencia recogida por el equipo de científicos, generó una considerable atención por parte de otros investigadores, tras la publicación de un informe del trabajo en la revista Nature.
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