Las personas que desarrollan trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) luego de presenciar un desastre tendrían mayor riesgo de sufrir problemas de salud física, informaron investigadores en Holanda.
Entre 896 hombres y mujeres sobrevivientes de una explosión en un depósito de fuegos artificiales en el 2000, que mató a 23 personas e hirió a unas 1.000, aquellas que desarrollaron síntomas de PTSD eran dos veces más propensas a tener problemas vasculares años después.
Entre esos inconvenientes se destacaron la aterosclerosis, las várices y la inflamación, halló el equipo dirigido por Anja J. E. Dirkzwager, del Instituto para la Investigación de Servicios de Salud de Holanda, en Utrecht. Los pacientes dijeron que había empeorado su salud general.
Si bien el PTSD se ha investigado exhaustivamente, pocos estudios se ocuparon de los efectos a largo plazo de la exposición a un desastre sobre la salud física, escribió el equipo en la revista Psychosomatic Medicine.
Por lo tanto, los investigadores analizaron las historias clínicas de los participantes el año previo a la explosión y hasta cuatro años después. El equipo entrevistó a los participantes a las tres semanas y a los 18 meses del desastre.
A los 18 meses, el 18 por ciento de los participantes reunía los criterios diagnósticos del PTSD, según una autoevaluación. Esos hombres y mujeres sentían más dolor, reducción del rendimiento físico, menos energía y más limitaciones en sus actividades por problemas físicos.
También tuvieron más quejas somáticas, problemas físicos que pueden ser una manifestación de alteraciones emocionales, como cefalea e indigestión.
Los registros clínicos mostraban además que después del desastre, los médicos de familia eran dos veces más propensos a diagnosticar problemas vasculares a las personas con PTSD que a aquellas sin experimentar episodios de estrés postraumático.
Se observó una relación estadísticamente significativa entre el PTSD y los problemas vasculares, músculo esqueléticos y dermatológicos.
El equipo concluyó que los médicos deben estar atentos a los problemas de salud física en los sobrevivientes de desastres con PTSD.
Noticia publicada en Buena Salud (España)