El etanol celulósico debe superar el "candado" de la lignina, una especie de pegamento que se adhiere a las células de las plantas y captura buena parte de su celulosa. El etanol celulósico se puede hacer de materiales como la paja del arroz, las virutas de madera, el césped, los álamos o el papel reciclado.
BP, Chevron Corp. y ConocoPhillips, destacados grupos petroleros, están invirtiendo en las universidades, apoyando las investigaciones de biólogos de plantas, ingenieros químicos, biólogos moleculares, agrónomos y genetistas.
El pasado mes de abril, ConocoPhillips estableció un programa de investigación de biocombustibles en la universidad del estado de Iowa, dotado con 22.5 millones de dólares. Chevron ha destinado más de 60 millones de dólares a las universidades de California, Davis, y Tejas para el desarrollo de biocombustibles celulósicos.
BP se propone emplear más de 50 científicos que se dedicarán al desarrollo de biocombustibles en los próximos años. La petrolera ha destinado 500 millones de dólares a la Universidad de Stanford, dedicados principalmente a la investigación de biocombustibles.
Las petroleras mencionadas mantienen otros convenios de colaboración con empresas biotecnológicas que desarrollan nuevas industrias para la producción de biocombustibles por los métodos actualmente utilizados.
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