Un estudio dirigido por científicos en Barcelona ha desvelado nuevos datos sobre las leyes que regulan el desarrollo embrionario en los seres vivos, con el descubrimiento de una nueva función genética que, según los investigadores, «dará claves para comprender mejor el sistema nervioso de los humanos».
Así lo manifestó ayer el biólogo Marco Milán, del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), uno de los responsables de este trabajo, publicado en el último número de la revista PLoS One, y que también dirige Javier Buceta, del Centro especial de Investigación en Química Teórica (CeRQT), entidades ubicadas en el Parque Científico de Barcelona (PCB).
«Los genes involucrados en la generación del borde del ala de la mosca son exactamente los mismos que los genes involucrados en la generación de los bordes entre poblaciones adyacentes en el sistema nervioso central de los vertebrados», explicó el científico.
La investigación combinó la labor de biólogos y de físicos-matemáticos con el objetivo de «modelizar» en el ordenador un ala de la mosca del vinagre o Drosophila melanogaster, para simular el funcionamiento de los sistemas biológicos y entender el funcionamiento de mecanismos internos.
Según el experto, las alas de la mosca se generan a partir de un conjunto de células agrupadas en diferentes segmentos o compartimentos que nunca se mezclan y que permiten la construcción simétrica de las partes dorsal y ventral a partir de un límite o de una frontera.
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