Ingenieros de la universidad de California han ideado una fórmula para que las comunicaciones móviles no fallen nunca: colocar nodos o punto de recepción y emisión de señales en los coches para que se conviertan en una auténtica red de comunicación. Ya no necesitaremos por tanto una antena o un punto de acceso para llamar por el móvil o conectarnos a Internet desde el coche, sino que bastará con tener otros vehículos en red cerca del nuestro (a entre 100 y 300 metros). La única dificultad para la extensión de la tecnología sería, según sus creadores, el miedo a la pérdida de privacidad por parte de los conductores. Pero están convencidos de que las ventajas acabarán imponiéndose.
En una sociedad tan interconectada como la actual gracias a la telefonía móvil e Internet, es fácil creer que las comunicaciones están garantizadas. Sin embargo, son más frágiles de lo que nos podamos imaginar, advierte la universidad de California (UCLA) en una nota de prensa. Por ello, ingenieros de esta universidad han desarrollado un proyecto que pretende convertir los coches en puntos de recepción y emisión de señales de telefonía móvil.
Como ejemplo de deficiencia y fragilidad de las comunicaciones que damos por sentadas cada día, se señalan las situaciones catastróficas del 11 de septiembre en Nueva York o del huracán que asoló Nueva Orleáns en agosto de 2005: en ambas, las comunicaciones fallaron repentinamente cuando las infraestructuras para la atención de emergencias quedaron destruidas.
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