Tikal es la ciudad del período Clásico más importante del mundo maya, pero la exposición al sol, la lluvia y las condiciones climáticas la han deteriorado.
Tomás Barrientos, director del Departamento de Arqueología de la Universidad del Valle de Guatemala, explicó que al quitarles a los templos y pirámides la cobertura forestal, empezó el proceso de deterioro, y como los mayas no dejaron escrito el secreto del repello, las restauraciones duran pocos años.
El arqueólogo opina que, de seguir así, esa ciudad maya puede convertirse en polvo en un par de generaciones. “Uno de los problemas para la conservación es que no hay fondos para mantenimiento y monitoreo de esos vestigios”, expresó.
“Las fotos satelitales muestran partes de un blanco intenso en las pirámides, que son la parte caliza de los materiales con que se construyó y que ahora se están convirtiendo en polvo”, agregó el arqueólogo.
Existe un mascarón de extraordinaria belleza, pero como no está expuesto al ambiente ni a la presencia de los turistas, se mantiene en perfectas condiciones, añadió el académico.
Barrientos invitó a continuar las investigaciones para buscar la forma de asegurar el futuro de ese patrimonio nacional, durante el seminario “En busca de nuestro pasado arqueológico”, que se desarrolló en la Universidad Galileo.
Destacó que el templo IV es el más alto de Mesoamérica. Llegó a medir 67 metros de altura, más que los de Teotihuacán, México. En El Mirador hay un templo que mide 70 metros, pero porque fue erigido en un cerro.
Durante el seminario también se habló sobre la organización y estrategia para el trabajo arqueológico.
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