Nanotecnología es el diseño, el desarrollo, la producción y el uso de estructuras, dispositivos y sistemas controlando su forma y tamaño en la escala manométrica. En un nanómetro (la millonésima parte de un milímetro) caben de ocho a diez átomos. Un cabello humano tiene aproximadamente 70.000 a 80.000 nanómetros de grosor. La nanotecnología ha mostrado su uso práctico para una amplia gama de aplicaciones, incluyendo tejidos que no se manchan, neumáticos más resistentes al desgaste y los pinchazos y mejores lociones bronceadoras.
No hay un único ámbito de estudio de las nanotecnologías: podemos encontrar referencias en biología, física o química. En cuanto a las aplicaciones se encuentran en el campo de la energía -pilas de combustible y tecnología solar fotovoltaica-, en ingeniería medioambiental -sistemas de filtraje en depuración de aguas-, en las TIC -nuevas arquitecturas de memorias y procesadores- así como en el sector de la medicina -implantes y prótesis-, el textil, etc. La palabra nanotecnología es como un paraguas bajo el que caben una gran variedad de estudios sobre materiales y técnicas de fabricación con una cosa en común: todas ellas trabajan con estructuras de dimensiones por debajo de los 100 nanómetros.
Las nanotecnologías explotan las propiedades especiales que presentan las estructuras manométricas. En esa escala muchos materiales se comportan de forma completamente diferente a como lo hacen en la escala macrométrica; por ejemplo: algunas sustancias opacas se convierten en transparentes (cobre), materiales inertes pasan a ser buenos catalizadores (platino), materiales estables se vuelven inflamables (aluminio), algunos sólidos se convierten en líquidos a temperatura ambiente (oro), ciertos aislantes actúan como conductores (silicio). Otro aspecto muy importante de la nanoescala es que cuando más pequeña es la nanopartícula, mayor es su área superficial relativa con respecto al volumen.
La conquista de la industria por parte de la nanodimensión ya ha comenzado. Al mismo tiempo que en las TIC, la investigación física básica se acompaña del desarrollo y lanzamiento de los primeros productos. Así como el uso de nanoestructuras en la fabricación de chips o en el desarrollo de discos duros para ordenadores ya son hoy habituales, hay otras importantes ramas de la industria, como la química, farmacia, la industria del motor o la óptica, donde la competitividad futura del sector no puede desligarse de un uso exhaustivo de la exploración del nanocosmos.
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