Un nuevo hallazgo de investigadores argentinos podría permitir la curación de diferentes enfermedades a partir de una leche modificada por la alimentación de las vacas.
Se trata de un estudio llevado adelante por científicos del Instituto Nacional de Tecnología Agroindustrial (INTA) por el cual cambiaron la manera en que los animales debían alimentarse lo cual provocó un aumento de los ácidos grasos (AG). En la localidad bonaerense de Balcarce estaban trabajando en productos lácteos con alto contenido de AG.
El secreto es que los animales ingesten granos y aceite de girasol, solos o combinados con aceite de pescado, rico en omega3. "Permitió descremar racionalmente a la leche, disminuyendo la concentración de los AG no deseables y aumentando la presencia de AG juzgados como protectores contra enfermedades degenerativas", explica el informe de ese organismo, firmado por el ingeniero Gerardo Gagliostro.
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