La ira en los adolescentes es un síntoma de frustración, cuyo origen es el mismo núcleo familiar, explicó la doctora Adriana González Padilla, del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social.
Agregó que un joven agresivo probablemente tiene padres violentos, que aprende a vivir y saca su ira en el entorno escolar.
Son muchachos fáciles de identificar, pues destacan por su capacidad de liderazgo, son carismáticos y renuentes a la autoridad.
Sin embargo, dijo, suelen tener bajas calificaciones, se ausentan constantemente del colegio y se involucran en problemas constantemente, por lo que son propensos a las adicciones, como el alcoholismo o la drogadicción.
González Padilla aseguró que para estos jóvenes la agresión y el acoso es un estatus, ya que se autoafirman como dominantes pero lo grave es cuando pierden el control de sus impulsos porque pueden lastimar seriamente a sus compañeros o trasladar su coraje y agresión a profesores.
A su vez, la coordinadora de la Comisión de Talleres del IIPCS, María Eugenia Patlán, indicó que los “bullers” pueden dividirse en el acosador inteligente: son jóvenes que gozan de cierta popularidad, tiene carisma incluso con las mujeres; ven con exactitud las debilidades de sus víctimas.
También existe el acosador poco inteligente, que es la sombra del acosador inteligente y generalmente son “compinches” del “buller dominante” y están subordinados a ellos.
Otro caso es el acosador y víctima: el que está en medio, que aspira a ser dominante pero a la vez es acosado.
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