La situación del joven de 21 años de edad motivó a Evaristo a proponerle a sus compañeros de equipo escolar a crear una silla de ruedas diferente, a la cual bautizaron como "Silla móvil".
"Pensaba que quienes tienen manos pues empujan sus sillas de ruedas con sus manos, ¿pero quienes no las tienen o tienen paralizado el cuerpo?", se preguntaba Evaristo.
El invento escolar que diseñaron consiste en una silla de ruedas especial para personas discapacitadas cuyo movimiento se activa mediante los sensores que lleva en un casco. "Al ladear la cabeza un péndulo que consiste en una varita de cobre activa el sensor y ordena el movimiento de la silla de ruedas", explica Evaristo.
Tanto él como Virginia Romero Monter, de 17 años, y José Emiliano Leal Carranza, de 16, estudian en el Cecyt de Chignahuacán, en el Estado de Puebla. Después de ganar varias etapas, al igual que decenas de equipos de creatividad, los tres vinieron al Nacional de Cecyt que se realizó en Ciudad Victoria, asesorados por José Alejandro Refugio González Sánchez.
CONSIGUIERON MATERIAL DE LA BASURA
Al ingresar al Gimnasio Multidisciplinario de la UAT se observa gran movimiento de estudiantes. La mayoría están muy activos, colocan sus inventos en el módulo correspondiente, muchos practican su exposición, conectan cables y revisan todos los detalles. Los nervios son visibles en muchos jóvenes. Por ello repasan una y otra vez sus respectivas presentaciones.
Al recorrer los pasillos, para los visitantes es obligado observar con mayor detalle el prototipo de la Delegación de Puebla. Los tres participantes trabajan en torno a una silla de ruedas, cuyos asientos desgastados contrastan con lo brillante de sus mentes. Cuando explica como surgió la idea del invento, Evaristo muestra en una fotografía a Román. Y resulta más sorprendente escuchar el relato de cómo fueron desarrollando el prototipo.
En total requirió de un año de esfuerzos, que costó desvelos, lágrimas y muchas anécdotas. "Cuando empezamos teníamos una silla tosca y pesada, luego buscamos engranes y motores con mayor potencia", dice.
Un 80 por ciento del invento fue creado con material de deshecho, como las mismas sillas, "de los deshuesaderos sacamos los motores, del aire acondicionado de los autos; el sistema de engranaje lo sacamos de la basura, de los juguetes eléctricos", explica Evaristo. El casco color amarillo es tipo de obrero.
Ya armados todos estos elementos forman el prototipo que cuenta con una silla de ruedas, un circuito de motores con engranes, el casco con los sensores de equilibrio y una pila de auto.
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