Estamos en condiciones hoy de dar nuevas respuestas a esas preguntas y —ello es un resultado esencial de nuestras investigaciones— sobre la base de sólidos nuevos datos proporcionados por la arqueología y las ciencias naturales. La cuestión de la historia y función de los geoglifos —gigantescos dibujos en el suelo— de la cultura Nasca es uno de los mayores enigmas de la América del Sur prehispánica. Sobre ello se han realizado innumerables publicaciones, pero sin asentarse hasta ahora en una base segura de datos. Básicamente ya se han formulado todas las explicaciones posibles acerca del significado de los geoglifos, pero recurriendo generalmente a datos aislados. Nuestro enfoque apunta a investigar los geoglifos en la región de Nasca en su contexto cultural, analizándolo en toda su complejidad. Arqueológicamente trabajamos por ello en dos direcciones: primero, la elaboración de una documentación lo más detallada y amplia posible, con los procedimientos de medición más modernos, y segundo, la investigación de los asentamientos de los seres humanos que realizaron esos dibujos en el suelo.
Muchos más antiguos de lo que se creía
Con respecto al “¿cuándo?”: uno de los nuevos conocimientos esenciales derivados de nuestras investigaciones es que los geoglifos poseen una tradición mucho más antigua de lo que se ha supuesto hasta ahora. En la región de Palpa, en la parte norte de la zona de Nasca, hemos hallado particularmente muchos geoglifos de la cultura de Paracas, que precedió, en los años 800 a 200 a. de C., a la cultura de Nasca. Evidentemente, los geoglifos se desarrollaron a partir de dibujos en las rocas, que también se hallan en gran número en la zona de las investigaciones y que muestran motivos similares a los de los geoglifos. En el caso de los dibujos en las rocas, la técnica utilizada consistió en punzar o raspar la primera capa oscura del desierto, quedando al descubierto, por contraste con la piedra más clara que se halla debajo, motivos de líneas y superficies. En forma muy similar fueron realizados los geoglifos: quitando la capa oscura de la superficie del desierto, de tal forma que se destaca marcadamente el sedimento claro debajo. Cuándo exactamente fueron realizados los primeros geoglifos no podemos decir aún con exactitud. Pero con seguridad fue en la época de la cultura de Paracas, quizás antes, en la “Era inicial” (1500-1800 a. de C.) e incluso antes aún, en el Arcaico. De todas esas épocas —y ello es nuevo también— hemos encontrado restos de asentamientos y tumbas en la región de Palpa.
Bildunterschrift: Líneas de Nasca: descartadas evocaciones extraterrestres.¿Quién realizó los geoglifos? Sin duda los muchos seres humanos que vivieron en los numerosos asentamientos en la región de Palpa en diversas épocas. A través de caminatas, excavaciones de prueba y excavaciones en grandes superficies pudimos documentar la existencia de más de 450 asentamientos en unos 300 kilómetros cuadrados, la mayoría de los cuales permanecieron habitados a través de las diferentes épocas. Los seres humanos que vivieron en los oasis fluviales de los ríos Grande, Palpa y Viscas incorporaron, a través de la realización de geoglifos, el seco paisaje del desierto a su entorno social, dándole en cierta forma vida al desierto.
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