Los padres lo saben y los especialistas se preocupan en subrayarlo: cuando las habilidades de los chicos no avanzan según lo esperado para la edad, algo está ocurriendo y eso puede afectar al desarrollo normal de la inteligencia.
El cuadro no es algo excepcional: uno de cada cuatro bebés no alcanza el nivel deseable para la etapa cronológica que atraviesa.
Es lo que arrojan los resultados del primer test argentino de inteligencia para bebés, un logro del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental del Conicet.
Las investigadoras evaluaron a más de mil bebés y niños de entre 6 y 32 meses de diversos sectores sociales y encontraron que que sólo un 74% alcanza los niveles esperables para su edad, un porcentaje que cae al 64% en los prematuros y a la mitad en bebés con diversas patologías.
"No queremos dramatizar ni patologizar la diversidad. Las dificultades son normales en el proceso de desarrollo, pero advertir a los padres estas cuestiones ayuda a que puedan estimular y corregir ciertas pautas y apuntalar al niño para que aproveche su potencial de inteligencia. Los bebés son una esponja y están ávidos de incorporar conocimientos", dice la doctora Alicia Oiberman.
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