Ciento setenta investigadores de 35 instituciones de varios países han trabajado durante casi dos años, financiados por Estados Unidos, para establecer la secuencia genética total del macaco rhesus, el tercer primate, tras el ser humano y el chimpancé, cuyo genoma se completa.
A pesar de que esta especie -Macaca mulatta- se separó evolutivamente del ser humano hace 25 millones de años -frente a los sólo 6 millones de años del chimpancé-, la secuencia genética es idéntica en un 97.5% a la humana, casi tanto como la del chimpancé, que es igual en más del 98%.
El interés por el genoma del macaco no reside únicamente en compararlo con los demás primates. Los científicos esperan que permita mejorar la investigación en muchas áreas de la medicina, como las neurociencias, la endocrinología y el área cardiovascular.
El macaco se considera el mejor modelo animal para estudiar el sida y otras infecciones humanas e investigar nuevas vacunas, y su genoma permite hacer chips de ADN específicos para éste.
Históricamente, su papel en hallar el factor Rh y en el desarrollo de la vacuna de la polio fue fundamental. En el 2001 se completó el genoma humano y ese conocimiento se convirtió en una lección de humildad, dado que demostró que apenas se conoce cómo funcionan los genes.
El objetivo del proyecto, “encontrar lo que nos hace humanos”, según James Watson no estaba más cercano que antes.
En el 2005, se consiguió el genoma del chimpancé, no obstante el panorama siguió siendo muy complicado para los investigadores
“Si los humanos tenían una base, digamos la C, y los chimpancés una G en esa posición, no había forma de saber si ese cambio se había dado sólo en humanos y podría definir la humanidad, o en el chimpancé”, explica la revista.
Se espera que el genoma del macaco y el de otros primates, ya en preparación, ayuden a resolver los numerosos enigmas pendientes.
Noticia en ENDI (Puerto Rico)