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La polémica sobre el Sussex, el pecio (barco hundido) inglés en aguas de Algeciras que ha hecho sospechar del Oddisey como un posible cazatesoros, es sólo uno de los ejemplos por los que hace diez años se fundó en Cádiz el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía (CAS).
Este organismo, dependiente del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, viene desarrollando un trabajo de investigación y catalogación de todos aquellos yacimientos que esconden los mares que bañan la región, precisamente para ser protegidos y amparados por la Ley de Patrimonio Histórico para evitar así los robos. «Sólo sacamos los restos que corren peligro de expolio o los que nos revelen información esencial», señala la directora del CAS, Carmen García.
En estos diez años han identificado hasta 85 áreas arqueológicas en los mares andaluces. Cada una alberga uno o más yacimientos. La provincia de Cádiz es la que tiene un mayor número de ellos (54,4%): la barrera que va desde Chiclana a Sanlúcar esconde hasta 650 yacimientos de los siglos XVI al XIX. Uno de los proyectos más importantes y en los que está ahora volcado el CAS es el Proyecto Trafalgar, que está sacando a flote los restos de la batalla de 1805 entre españoles, ingleses y franceses. Hasta ahora han extraído dos cañones de dos naves galas que estuvieron en la lucha: el Boucentaure y el Fougueux.