Noticia publicada en Endi (Puerto Rico)
Por siglos, los pimientos picantes han estado inflamando los paladares alrededor del planeta. Pero la historia primitiva de los jalapeños, los habaneros y otros parecidos en su región nativa, las Américas, dista mucho de estar completa. Los restos de pimientos no se conservan en climas húmedos, razón por la cual casi nunca se encuentran en lugares arqueológicos.
Un descubrimiento por Linda Perry, del Museo de Historia Natural del Smithsonian Institute, está ayudando a cambiar todo esto. Ella descubrió que los pimientos picantes sí dejan pistas fósiles, en forma de granos diminutos de almidón. Usando esa evidencia, ella y sus colegas informaron en la revista Science que los pimientos picantes se usaban para cocinar hace por lo menos 6,000 años.
“Microfósiles” de granos de almidón provenientes de alimentos como maíz y yuca han sido encontrados en vasijas para cocinar, piedras para moler y otros implementos de excavaciones arqueológicas. Los granos difieren de una especia a otra, por lo que se pueden usar para identificar dónde y cuándo ciertas comidas fueron comunes.
En el curso de la investigación, que envolvió varios lugares arqueológicos desde las Bahamas hasta Perú, Perry y otros descubrieron otro grano de almidón no identificable, al que ella llamó el “ubicuo desconocido”.
Luego, un día Perry tuvo un momento eureka, cuando se dio cuenta de dónde podían provenir aquellos granos.
“Había oído que los pimientos pueden causar problemas digestivos”, recordó ella. “Mi primer pensamiento fue que esto resultaba extraño -cosas como ésta usualmente son causadas por almidones indigeribles, y los pimientos no contienen almidones.
“Allí fue donde la bombilla se apagó”, dijo ella. “Quizás los pimientos sí contienen almidones”.
No fue necesaria mucha labor detectivesca para determinar que los granos de almidón provenían ciertamente de pimientos picantes. Los granos tenían una forma única -como una rosca gelatinada chapoteada en el medio por ambos lados, dijo ella- por lo que eran fáciles de identificar.
En conjunto, los investigadores las encontraron en muestras procedentes de siete lugares de alrededor de 500 a 6,000 años. El lugar arqueológico de 6,000 años de antigüedad está en Ecuador, y no se cree que esta sea un área en la que los pimientos se cultivaran, por lo que incluso civilizaciones más antiguas en otras partes habían desarrollado sofisticadas comidas picantes.