Noticia publicada en Terra (España)
La última erupción en Santorini, en el 1613 a.C., calificada como la mayor de los últimos 10.000 años, y que lanzó a la atmósfera 150.000 millones de toneladas de minerales y trajo a la zona del mar Egeo un invierno adelantado.
Estas conclusiones fueron extraídas por científicos griegos del Instituto de Investigación Geológica y Metalúrgica (IGME) y el Centro de Investigación Marítima Griego (ELKEZE).
Junto a sus colegas de la Universidad estadounidense de Rhode Island, los griegos realizaron investigaciones en el fondo de la caldera del volcán.
Los estudios revelaron que las hojas de olivo petrificadas tenían en su interior granos de polen y semillas que indican que la erupción se produjo durante la primavera.
Los estudiosos relacionan la destrucción del poblado prehistórico de la localidad de Akrotirio en Santorini con la erupción, que según las ruinas encontradas a fines del siglo XIX, muestran que fue afectado unas semanas previas a la erupción por un seísmo de al menos 7 grados de magnitud en la escala de Richter.
También se dedujo que el periodo entre el terremoto, seguido por dos erupciones menores previas, y la erupción final dio la oportunidad a los supervivientes de regresar al poblado medio destruido para rescatar a los posibles atrapados entre los escombros.
En los últimos 400.000 años, el volcán de Santorini ha sufrido 12 erupciones mayores y ha ido creando la gran caldera presente.
La gran erupción en Santorini ocurrió en cuatro fases y con la formación de la caldera ocasionó un maremoto con olas de 20 metros de altura que alcanzaron incluso las costas de la isla de Creta y destruyó completamente las islas existentes en un radio de 50 a 60 kilómetros, según los científicos.