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Los investigadores han conseguido desarrollar un método que permite establecer el árbol de procedencia de una semilla dispersada y la distancia de dispersión, gracias a técnicas moleculares de identificación genética basadas en análisis de ADN.
Hasta ahora, sólo se habían usado evidencias indirectas al respecto, a partir de modelos matemáticos, según los autores, quienes declaran que el estudio ayudará a comprender cómo sobreviven las especies amenazadas que se encuentran en poblaciones fragmentadas y que dependen de la actividad de los animales para mantener la variabilidad genética.
El trabajo, coordinado por el investigador Pedro Jordano, del CSIC, ha sido objeto de un extenso comentario que acaba de publicarse en Science, y el mismo también se difundió recientemente en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense.
En su opinión, "la combinación de inferencias estadísticas con datos genéticos de poblaciones próximas revela la existencia de dispersión de semillas desde árboles situados a una distancia de hasta 17 kilómetros".
"Los responsables de este importante intercambio genético son zorros, garduñas u orzales charlos, capaces de largos desplazamientos en poco tiempo".
El estudio indica que si se pierden especies de frugívoros que contribuyen a la dispersión de las semillas a grandes distancias (en general, los frugívoros de mayor tamaño), se incrementará el aislamiento de las poblaciones, disminuirá la llegada de semillas y provocará la pérdida de flujo génico.
"Unas pocas especies pueden ser absolutamente fundamentales para la colonización de nuevas poblaciones y mantener la regeneración exitosa y la biodiversidad genética de especies forestales", subraya el investigador.