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La delegada de Medio Ambiente, Amparo Ramírez, presentó ayer el acuerdo científico que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han firmado con el objetivo de estudiar a la población de águila imperial ibérica (Álguila azdalberti) en Andalucía a través de un registro de las plumas que estas aves dejan en sus nidos o en sus posaderos. Con este sistema no se manipulan los ejemplares y se logra una perfecta identificación genética de cada individuo. El trabajo cuenta con una dotación económica de 143.700 euros.
El estudio permitirá que los investigadores del CSIC, en coordinación con los técnicos de Medio Ambiente, lleven a cabo un seguimiento genético a las águilas imperiales de Andalucía, tarea que comenzó hace unos meses y que ha permitido identificar mediante este método aproximadamente a un 30 por ciento de la población. Hasta el momento se conoce la localización de más de 50 nidos de esta especie en Andalucía, por lo que la colecta de plumas está siendo un proceso más fácil y automático. De hecho, los técnicos recogen las plumas una vez que se abandona el nido para no perturbar a la pareja.
Este proceso se llevará a cabo durante 4 años consecutivos y se recogerán en cada ocasión al menos 6 plumas por cada pareja de imperiales para dar la mayor fiabilidad posible a las muestras. Para ello también se archivarán plumas cobertoras que, a pesar de ser de menor tamaño, también contienen tejido. Una vez recopiladas, las plumas se deben someter a un proceso de extracción de tejidos que ha de ser rápido para no deteriorar las muestras. Una vez concluido este proceso se procede a amplificar el ADN para sexar los ejemplares de donde proceden y a catalogar las plumas según 18 marcadores genéticos que permitirán conocer con qué ejemplar se trata con total fiabilidad.