Los resultados del estudio, publicados en la revista Nature Genetics, implican a una región del cromosoma 11 y a un gen llamado neurexina 1.
Se cree que el estudio podrá contribuir a la búsqueda de un diagnóstico más eficaz y a nuevos tratamientos contra el mal, un desorden que se caracteriza por la dificultad en los procesos de comunicación e interacción de los afectados con otras personas.
Los científicos llevaban años creyendo que los errores en el mapa genético de las personas podía ser responsable del autismo.
El código genético, el ADN, está contenido en las células en forma de cromosomas, en los que se disponen los genes.
Los científicos han localizado una región de un cromosoma -la 11 p- y un gen llamado neurexin 11.
Este último gen pertenece a una una familia de genes que permite que las células nerviosas se comuniquen y los autores del informe creen que juega un papel fundamental en los desórdenes asociados al autismo.
El trabajo comenzó hace 5 años, en 2002, cuando los científicos agruparon sus recursos y su experiencia y formaron el Proyecto Genoma del Autismo.
Utilizaron, con ayuda de la ONG Habla el Autismo y de los Institutos de Salud Nacionales de EEUU, "biochips" para buscar similitudes genéticas en los enfermos de autismo.
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