La correcta datación de los fósiles es decisiva para comprender el curso de la evolución humana. Una calavera humana descubierta unos 50 años atrás cerca de la ciudad de Hofmeyr, en la provincia sudafricana de Eastern Cape, parece ser uno de esos fósiles fundamentales.
Un estudio llevado a cabo por un equipo internacional de científicos ha determinado que dicho cráneo tiene una edad de 36.000 años. Este fósil constituye una corroboración crítica de evidencias genéticas indicando que los humanos modernos tuvieron su origen en el África subsahariana y emigraron alrededor de la época de la que data el cráneo, fuera de África, para colonizar Eurasia.
La investigación ha sido dirigida por Frederick Grine de los departamentos de Antropología y Ciencias Anatómicas de la Universidad de Stony Brook en Nueva York.
"El cráneo de Hofmeyr nos brinda las primeras claves para conocer la morfología de esa población del África subsahariana, y constituye nuestro ancestro común más reciente, vengamos de donde vengamos", explica Grine.
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