El ITER es un proyecto basado en la propuesta del tokamak (magnetic confinement fusion) planeado para avanzar de los actuales estudios de física del plasma hacia la creación de plantas eléctricas de fusión nuclear. El proyecto consiste en confinar gas supercaliente en un toroide usando un campo magnético, mientras el gas se calienta a 100 millones de grados celsius. Al gas convertido en plasma se le induce una corriente eléctrica y de la reacción se espera conseguir 500 MV de energía.
La energía generada es absorbida por los componentes que revisten la superficie interior del toroide, es decir, manta, desviador y puertos de conecciones. Estos componentes además mantienen la pureza del plasma, el calentamiento y el diagnóstico, y llevan piezas de prueba para el desarrollo de cubrimientos del reactor.
Un escudo biológico rodea los imanes y el toroide. Esta estructura de hormigón reduce la dosis de radiación a niveles que evitan la activación de los equipos y permite el acceso del personal al equipo no mucho después de que el tokamak ha dejado de funcionar. Un criostato dentro del escudo biológico mantenido al vacío minimiza el calor producido desde los componentes hacia el ambiente exterior.