Si el Hatzegopteryx thambema existiese en nuestro tiempo sería probablemente el espectáculo natural más sorprendente. El Hatzegopteryx fue el reptil volador más grande descubierto hasta la fecha superando al ya célebre Quetzalcoatlus Northropi, aunque hay debate sobre si este reptil volaba realmente.
Este reptil perteneció al grupo de los azhdarqidos o azdárquidos (Azhdarchidae), un grupo de reptiles voladores grandes y medianos que existieron entre los 95 y 65 millones de años en el periodo cretácico tardío. En particular el Hatzegopteryx tenía largas patas, enormes alas y un cuello largo, y ocupaba probablemente el nicho ecológico que hoy ocupan las aves zancudas como garzas y cigüeñas, cazando pequeños dinosaurios y mamíferos.
Para hacer una comparación, el Hatzegopteryx tenía una envergadura (diámetro de las alas extendidas) de más 12 metros mientras que un avión Cessna A37 Dragonfly, un aviónde combate, tiene una envergadura de 11,7m. Una vez erguido, el Hatzegopteryx fue tan alto como una jirafa.