¿Billetes de 100 millones de rafiquitos? ¿desempleo por sobre el 50% de la población económicamente activa? ¿cuentas del restaurante por mil millones de nuevos sucres? ¿llevar una cesta llena de billetes para ir al mercado? estas son posibilidades una vez que el Ecuador salga de la dolarización tarde o temprano como desea y ha buscado toda su vida Rafael Correa y su equipo ideológico económico.
Rafael Correa es un keynecio, es decir, es un economista que aún cree que la intervención estatal creando devaluación e inflación puede sacar adelante la economía de un país incentivando la producción. Pero resulta que Keynes estuvo en un error, las políticas expansivas de gasto, manipulación de tasas de interés y de impresión de moneda sólo elevan los precios y los costos y liquidan el empleo. La crisis mundial actual es muestra de ello, resultado del keynesianismo: alto gasto público federal americano, manipulación de tasas de interés del Fedex para incentivar el mercado hipotecario y depreciación del dólar.

Hacia una economía de pobreza, atraso y desempleo nos lleva Rafael Correa incluso bajo el dólar, sin el dolar será mucho peor.
Entonces, una vez que el Ecuador salga del dólar como moneda oficial (todavía una moneda mejor administrada que las monedas latinoamericanas), el Banco Central del Ecuador (asaltado por el gobierno) empezará a imprimir moneda o papeles -que sin llamarlos billetes- serán utilizados obligatoriamente para las transacciones comerciales.

Esta montaña de billetes sirve para cambiar apenas unos 10 dólares americanos
Pero como no es lógico para las personas pasar de una moneda estable a una menos confiable, entonces el gobierno tendrá que imponer fuertes regulaciones y leyes para confiscar el dinero de las personas. Una de estas leyes será una de convertibilidad de los ahorros de las personas de dólares a la nueva moneda (¿el Sucre fuerte?), de manera que si una señora el viernes depositó un cheque en dólares, una vez decretada la ley el lunes sólo podrá retirar dinero en la nueva moneda, en el transcurso, al ahorro personal se le habrá confiscado una parte vía devaluación.

El dinero en Zimbabue no vale ni el papel en que se lo imprime
En un principio la nueva moneda (¿el Rumiñahui?) tendría una paridad de 1 a 1,001 por lo que la confiscación al ahorro equivaldrá al 0,001%, mucho dinero en términos globales, 10 millones de dólares si el total de ahorro privado sufre esta primera devaluación. Sin embargo no quedará allí, la carrera habrá empezado y el tipo de cambio variará para depreciar la moneda, tardarán años para que aparezcan los primeros billetes de 50 mil (¿cóndores?). De manera que si bien el embate de la devaluación y su ineludible resultado: la inflación, la viviremos en esta misma generación, los problemas más graves de desempleo y pobreza los enfrentarán las personas que hoy están en brazos, los que van al jardín de infantes y quienes aún no han nacido.

Sólo para pagar la cuenta y recibir el cambio...
Uno de los problemas que tenemos, es que la mayoría de personas en todo el mundo tienen una muy corta memoria histórica, localmente casi todos parecen olvidar que ya manejamos billetes de 50 mil sucres hace sólo una década. ¿Qué nos hace pensar que no volveremos a aquellos tiempos? ¿la palabra de un gobierno que ha corrompido, violado la constitución, deshecho las instituciones, que ha copado ilegalmente las entidades de control, que ha humillado, golpeado, torturado, amenazado y encarcelado a ciudadanos?

Con este billete apenas se compra un atado de hierbas en Zimbabue donde la reforma agraria socialista hizo añicos el mercado agrícola