Noticia en Diario Expansión: El padre del ADN dice que los blancos son más inteligentes que los negros
Unas incendiarias declaraciones del Premio Nobel y codescubridor de la doble hélice del ADN, el estadounidense James Watson, asegurando que los blancos son más inteligentes que los negros volvieron ayer a reabrir el melón del ancestral debate sobre la superioridad de unas razas sobre otras. ¿Son las personas de color más obtusas que las de ascendencia europea? ¿Tienen los judíos un coeficiente de inteligencia (CI) superior al de los hispanos o los asiáticos?
"Todas nuestras políticas sociales [dice el prestigioso científico respecto al futuro de África] están basadas en el hecho de que su inteligencia es la misma que la nuestra, cuanto todas las pruebas demuestran que no es así". Y para remachar el clavo agrega que "la gente que tiene que tratar con empleados negros sabe que eso no es así" y que, en todo caso, estamos tan sólo a una década vista de que la ciencia desvele los genes responsables de la desigualdad.
Vieja polémica
La polémica tiene al menos 400 años de historia –teorías sobre la superioridad racial, incluidas la del nazismo, hay para dar y vender y han servido en ocasiones para justificar la colonización– y no hay, a día de hoy, una conclusión solvente y definitiva sobre las capacidades intelectuales de las distintas etnias. El último gran episodio de debate mundial estalló, como es habitual, en Estados Unidos –en la primera economía existe un especial interés por la inteligencia y su medición– cuando vio la luz el libro The Bell Curve
–escrito por Charles Murray y Richard Hermstein– en 1994 y en el que sostenía que las diferencias entre razas tienen, al menos en parte, un origen genético.
Se añadía, además, esta perla: la inteligencia media norteamericana está retrocediendo porque se está fomentando la natalidad entre mujeres de menor coeficiente intelectual. Según este trabajo, los asiáticos serían los primeros de la clase seguidos por los blancos, los hispanos y lo negros. El libro recibió un auténtico chaparrón de críticas y fue acusado de racismo puro y duro. Pese a ello, los esfuerzos por demostrar la correlación entre habilidades intelectuales y etnia no han cesado. En 2002, Richard Lynn, profesor de la Universidad del Ulster, sembró la polémica con un libro que ligaba el CI con la mayor o menor riqueza de las naciones.
La verdad es que la inteligencia se desarrolla gracias a dos factores: los genéticos y los ambientales, negar esto es negar la evidencia científica. Una evidencia de ello son los niños con retardo mental cuyo origen en
un alto porcentaje tiene causas genéticas y sólo 15% de ambientales. También las estadísticas muestran que las parejas más inteligentes tienden a tener menos niños que las parejas menos inteligentes, explicando de paso el fenómeno de la pobreza de muchos países pues el coeficiente intelectual está relacionado con la riqueza o pobreza de una nación. Que una mayoría no entienda que la intervención estatal (subsidios, impuestos, burocracia y regulaciones) arruinan a un país y elije en consecuencia a alguien que quiere aumentarla
habla pésimo del I.Q. de esos electores y del futuro económico de ese país (y de paso hunde mas al concepto de democracia en el fango de su falacia).
Ahora, es probable que muchas poblaciones genéticas humanas tengan diversos genes que tengan incidencia en la capacidad mental, de la misma forma como existen genes que controlan el color de cabello, las posibles enfermedades que padecería y los rasgos de personalidad, dentro de cada población genética existen rasgos genéticos propios en cada individuo que hacen que una persona sea única e irrepetible. El hecho de que podamos distinguir de un grupo de personas a unas más inteligentes que otras, y que estudiando geografía consideremos países y culturas más prósperas que otros, nos obliga a pensar que las causas de esas diferencias se deben a diversos factores sociales, políticos, económicos, institucionales que investigando un poco se reducen a unas cuantas causales genéticas y ambientales.
Pero yo decía al principio que las declaraciones de Watson carecen de matices, para empezar es más apropiado hablar de poblaciones genéticas más que de razas que es un término más impreciso y en creciente desuso. Segundo, la evidencia histórica desmentiría en parte estas declaraciones debido a que si asumimos que la mayor inteligencia de un pueblo desemboca en la construcción de culturas avanzadas (en el sentido institucional más que material), estarían los reinos africanos de Nok, Nubia y Aksum para desmentir a Watson, aunque este último al parecer tuvo una fuerte influencia semita. De hecho el Imperio de Aksum acuñaba monedas y tenía su propia escritura mientras el norte de Europa aún se encontraba en la edad de hierro
Estos son los hechos, si alguien los usa irresponsablemente para pontificar sobre la lucha de clases, las teorías de razas superiores o la inquisición de la corrección política, entra en el plano ideológico y no en el científico.
¿Qué podemos decir al respecto desde la tribuna liberal? que todos somos iguales ante la ley pese al diferente origen genético que tengamos, esto quiere decir que ningún grupo tiene más de derechos que otros. Esta es la razón de por qué deben eliminarse burocracias inútiles como el Consejo de Desarrollo de las nacionalidades y pueblos del Ecuador (Codenpe), el Consejo Nacional de las Mujeres (Conamu) y toda otra organización que privilegie a diversos grupos étnicos, sexuales, políticos o económicos con derechos distintos a los de los demás. Todas las políticas relacionadas con supuestos derechos colectivos son básicamente políticas racistas, etnocentristas y sexistas, una violación de los conceptos de igualdad ante la ley y Estado de Derecho.