De hecho el argumento no resiste el menor análisis, baste recordar que los osos polares evolucionarion hace 100-250 mil años atrás (algunos sostienen que evolucionaron mucho antes a partir del oso pardo euroasiático).
Eso quiere decir que el oso polar ha resistido numerosos cambios climáticos como eras y minieras glaciales y periodos de calentamiento muy severos. El oso polar resistió el periodo interglaciar Riss-Würm (Eemiense) con temperaturas mucho más altas que las actuales mientras que nuestros ancestros vivían en pleno paleolítico (y no había Exxon-Mobil para echarle la culpa del cambio climático). A continuación un gráfico de temperaturas de los últimos 140 mil años.

En el pasado existieron periodos de calentamiento mucho más severos que el actual.
El oso polar resiste otra tanda de altas temperaturas en el periodo Holoceno y particularmente durante el Período Cálido Medieval que ya es una época cercana a la actualidad. Lejos de los bizarros gráficos (Palo de Hockey) que muestra Al Gore y otros activistas, la evidencia científica muestra todo lo contrario, las temperaturas actuales no son las más altas de los últimos miles de años.

Las temperaturas que se observan de los últimos 2500 años han variado considerablemente y los periodos de calor han sido más severos que el presunto calentamiento actual.
En resumen, el oso polar no se extinguirá por el supuesto calentamiento global, se extinguirá si su hábitat es destruído totalmente cosa que está lejos de suceder. En todo caso, si se quiere preservar esta especie y su hábitat ¿por qué los ecologistas en lugar de realizar sus costosos conciertos y lucrar por cada conferencia de Al Gore (hasta medio millón de dólares cada una) no compran inmensas reservas en el Ártico con el dinero que parece sobrarles y las mantienen intocables?