Un pequeño artefacto ha salido al espacio para estudiar la frontera exterior del Sistema Solar, la zona donde las partículas que emite nuestra estrella, el llamado viento solar, interaccionan con el gas interestelar, con el medio galáctico.
La nave autómatica, llamada Ibex (siglas en inglés de Explorador de la Frontera Interestelar) fue lanzada al espacio el pasado fin de semana con el sistema Pegasus, un avión que suelta el cohete a gran altura en la atmósfera para que este continúe desde ahí el ascenso. La operación se hizo sobre las islas Marshall (Océano Pacífico). La Ibex tiene que alcanzar con su propio motor la órbita de trabajo, en la que se alejará de la Tierra hasta 322.000 kilómetros -la Luna está a una distancia media de 385.000 kilómetros-. La sonda tardará un mes y medio en alcanzar esa posición y comprobar todos sus sistemas antes de empezar a trabajar. Está previsto que la misión dure dos años
Por supuesto, la frontera del Sistema Solar que va a investigar está muchísimo más lejos, bastante más allá de Plutón. Pero la Ibex lo que hará desde aquí será registrar las partículas de alta energía que se crean en la lejana frontera y se dispersan en todas las direcciones. La NASA explica que la imagen de la frontera que formará su nuevo artefacto a partir de estos impactos será como un cuadro puntillista en que el artista pinta una escena con puntitos.
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