Mientras los líderes de las finanzas del Grupo de los Siete países más industrializados del mundo se preparan para reunirse en el marco de los encuentros del Fondo Monetario Internacional esta semana, los llamados fondos de riqueza soberanos reciben enorme atención, para bien o para mal.
Los jefes de finanzas del G7 planean discutir cómo esos fondos de riqueza, que controlan unos 2,2 billones de dólares, podrían afectar la estabilidad del sistema financiero. También sostendrán un encuentro, invitando a países como China, Kuwait y Arabia Saudita, que controlan grandes fondos de inversiones.
Simon Johnson, el jefe economista del FMI, dijo que los fondos de riqueza podrían haber desempeñado un papel estabilizador en la reciente turbulencia de los mercados financieros, al salir a comprar activos cuando otros inversores quedaron congelados.
Sin embargo, algunos miembros del G7 están incómodos. Esos fondos han estado funcionando por décadas -el de Kuwait se remonta a 1953-, pero al crecer sus municiones financieras comienzan a levantarse algunos interrogantes políticos y económicos.
¿Quién regulará esos fondos altamente secretos de riqueza y dará seguimiento a los flujos de vastas sumas de dinero cuando crucen las fronteras? ¿Qué pasaría si un fondo estatal trata de desestabilizar los mercados por cuestiones políticas? ¿Cómo se garantiza la seguridad nacional cuando fondos controlados por gobiernos buscan invertir en compañías consideradas sensibles?
"Queremos determinar si se podrían acordar ciertas reglas de comportamiento," dijo el viceministro alemán de Finanzas Thomas Mirow, agregando que tales reglas fomentarían "apertura y confianza hacia cada uno."
Pero la confianza parece ser un tópico escaso. En mayo, cuando el fondo chino de riqueza compró un 10 por ciento de participación en la firma privada de valores Blackstone Group por un valor estimado de 3.000 millones de dólares, un legislador estadounidense pidió una investigación federal sobre las implicaciones a la seguridad nacional.
TRANSPARENCIA
El fondo de riqueza China Investment Corp de 200.000 millones de dólares insiste en que se abocará a la transparencia en sus operaciones y que no será una fuerza desestabilizadora. El jefe del fondo dijo esta semana que su estrategia inversionista será motivada por razones comerciales, no políticas.
Los fondos de riqueza sirven a propósitos diferentes en países diferentes, pero generalmente son utilizados bien sea para invertir los excedentes actuales para el bienestar de generaciones futuras o para generar retornos más jugosos que los que ofrece la simple tenencia de reservas en efectivo.
El FMI ha impulsado un sistema voluntario de revelaciones para asegurar que los fondos de riqueza apliquen las reglas internacionales. El problema es que muchos de esos fondos tienen una historia de preservar cuidadosamente sus estrategias de inversión y no estarían dispuestos a compartir sus secretos.
Los proponentes de un sistema de revelaciones voluntarias señalan a Noruega como un buen ejemplo de cómo operar un fondo de riqueza rentable sin que el tema sea tan secreto.
Noruega, que invierte el excedente de su riqueza petrolera, es dueña de cerca del 0,65 por ciento de capitalización en el mercado europeo de acciones, según Merrill Lynch, pero no ha generado los temores y críticas como China y otros países.
Merrill Lynch destaca que Noruega suministra actualizaciones financieras regulares y ajusta sus tenencias a referencias bien definidas en deuda y acciones, de manera que sus movimientos inversionistas no son vistos como una fuente de especulación financiera en los mercados o una sorpresa.
Un sistema de revelación voluntaria quizá no sería suficiente para aplacar las preocupaciones de algunos países de Occidente, aunque han sido renuentes a presionar por regulaciones más estrictas mientras tratan de guardar el equilibrio entre la protección de intereses nacionales y un alto proteccionismo.
Para los mercados financieros mundiales, unos cuantos billones de dólares extras de liquidez pueden ser útiles, particularmente en momentos de turbulencia, como en la última crisis de crédito, cuando crece la aversión al riesgo entre los inversionistas.
Publicado originalmente en Reuters América Latina