No se le puede pedir a los pescadores que no pesquen ciertas especies, algunas de éstas simplemente son comercialmente viables y otras terminan incidentalmente en las artes de pesca. Regular burocráticamente la pesca de las especies marinas es un imposible y es una medida que genera corrupción, fomenta la emergencia de mafias y no consigue los resultados buscados. Por lo que las mejores soluciones posibles son las basadas en autoregulación, intercambio pacífico y derechos de propiedad.
El problema es que "el mar ya es de todos", esto quiere decir que es de nadie. Nadie puede reclamar propiedad sobre una superficie en el mar, nadie tiene derechos de propiedad sobre él, excepto el Estado claro está, pero propiedad estatal viene a ser lo mismo que propiedad pública, de nuevo propiedad de nadie. Hipotéticamente la armada es el lobo de mar que vigila costas y mar territorial pero su capacidad es limitada y la milicia tiene otras prioridades, existen organizaciones oceanográficas que hacen investigación marina pero igualmente su capacidad es limitada tanto por temas de presupuesto tanto por la naturaleza de sus investigaciones, Existen reguladores burocráticas como ministerios, departamentos o susecretarías de pesca pero estos entes están ocupadísimos en administrar su clientela política. Aumentar el presupuesto para estos entes solo aumentará el gasto público y la burocracia privilegiada, mientras los problemas quedan irresueltos.
La solución viene por otorgar derechos de propiedad sobre el mar, esto implica que personas naturales y jurídicas puedan obtener un título de propiedad sobre parte de la superficie marina que puedan delinear y donde han realizado un trabajo. Esto es, que las personas naturales y jurídicas puedan marcar con balizas u otros artilugios una porción del mar y puedan reclamarlo como de su propiedad, de esta manera podrán hacer cualquier actividad dentro de esta franja pero limitados a respetar las áreas adyacentes de propiedad de otras personas u organizaciones. Los propietarios de las extensiones marinas además de cuidar su propiedad y hacer actividades económicas sustentables para que continuen siendo rentables en el largo plazo, podrán demandar a terceros por invasión a su propiedad, por daños producidos por contaminación de barcos, industrias o de cualquier tipo. De esta manera los pescadores sólo podrían pescar en su propiedad marina y nadie más excepto con permiso concedido por los propietarios. La limitación de los recursos marinos obligaría a autoregular la pesca de especies marinas, pues una sobreexplotación de la propiedad causaría una merma en los ingresos por lo que el cuidado y el mejor entendimiento de los procesos marinos será una prioridad para los dueños.
La navegación comercial
¿Y cómo hacen los barcos para cruzar un hipotético atestado "campo" de haciendas y fincas marinas?
De la misma manera como siempre los campesinos se organizaron para comunicarse entre sí y con las ciudades mediante juntas de caminos para habilitar el paso de transeúntes y mercancías. Además los puertos y agencias marítimas pueden comprar amplias franjas de mar para el uso de sus instalaciones, un municipio en el litoral podría administrar algunas franjas marinas de la misma manera como ahora se administran carreteras (una función propia de un gobierno limitado).
En caso de daños que un barco ocasionare a las instalaciones flotantes o a las especies marinas debido a impericia o por fuerza mayor como una tormenta, un sistema judicial privado o gubernamental determinaría si hubo negligencia o fuerza mayor, y se negociaría un arreglo mutuamente satisfactorio como sucede en los conflictos de propiedad que resuelven los centros de mediación y arbitraje privados, el fallo de un juez gubernamental exigiendo pago de multa y reparaciones sería el peor y último escenario.
La explotación petrolera
Los desastres petroleros son un dolor de cabeza para armadores y aseguradores así como para explotadores, transportadores y comerciantes de hidrocarburos. También son motivo de alarma para ecologistas y ciudadanos comunes. ¿Cómo solucionar los problemas derivados de la explotación y transporte petrolero? De la misma forma como vimos como se resuelve un conflicto ocasionado por la invasión de un buque sobre propiedad privada.
Los derrames petroleros son costosos para todos y serán más costosos si un dueño de un buque y su carga deben afrontar decenas de demandas por daños ocasionados y lucro cesante. La propiedad marina será motivo de inversión en mejores sistemas y procesos de armado de barcos, incentivará la creación y diseño de mejores sistemas de navegación, el capital disponible para el diseño de mejores superpetroleros incidirá positivamente en todo el sector de construcción naval. Los derrames petroleros y hundimientos de barcos tenderán a reducirse aun más, mientras que los pescadores recibirán indemnizaciones que actualmente no reciben por concepto de daños a las especies dentro de su propiedad.
Vigilancia marina
La seguridad en el mar es un problema en algunas naciones afectadas por piratería perolos derechos de propiedad sobre el mar podrían reducir el problema. Tal como las haciendas son vigiladas por sus dueños y por peones contratados, así mismo las extensiones marinas podrían ser vigiladas por pescadores co-propietarios en turnos en el caso de que sea una cooperativa marina la propietaria de la extensión, también podrían crearse plataformas flotantes habitadas permanentemente y contratarse agencias de seguridad, las modalidades y opciones que genere el mercado pueden ser infinitas. Y aunque del Estado poco uno debe esperar también podrían aparecer policías marítimas complementando el servicio de guardacostas.