El científico español, director del Departamento de Optica cuántica del Instituto Max Planck (Alemania), quien participó esta semana en una conferencia de nanotecnología organizada por la Fundación Telefónica en la Universidad Complutense, dentro del ciclo Ciencia y Tecnología, explicó a EFE que, "cuando podamos dominar millones de átomos, de moléculas y electrones, tendremos aplicaciones muy interesantes".
"Dominar el mundo microscópico consiste en poder hacer con los objetos microscópicos lo mismo que se hace ahora con los macroscópicos, por ejemplo con sillas, coches u otros; una vez que podamos dominarlos, tendremos un montón de aplicaciones", aseguró.
Actualmente, continuó, se pueden "dominar" del orden de diez, veinte, treinta átomos, pero "lo que queremos dominar -precisó- son millones de átomos; estamos intentando tener cada vez más átomos y más controlados, y aunque se están consiguiendo muchos avances, la investigación lleva mucho tiempo".
En su opinión, está todavía muy lejana la posibilidad de diseñar ordenadores cuánticos, que permitirían realizar cálculos informáticos de dimensiones enormes e imposibles de ejecutar hoy en día; habrá que esperar para ello, dijo, "desde 15 ó 20 años, hasta 50 ó 100".
Las técnicas con las que se trabaja para dominar el mundo microscópico incluyen láseres que "hablan", en cierto modo, con esos átomos de manera individual.
De ese modo, prosiguió, "se pueden empujar los átomos y modificar las órbitas de los electrones, y hacer que cambien de color, aparte de otras muchas cosas.
Los objetos microscópicos también se pueden manejar con ciertas "trampas electromagnéticas" con las que "movemos los átomos del modo que queremos", añadió el científico.
Sin embargo, existen muchas trabas en este proceso que requiere de "una precisión extrema" para conseguir aislar un solo átomo, dijo.
"En cualquier región del espacio normal, por ejemplo en un vaso de agua o en un vaso vacío con aire, hay billones y billones de átomos; lo que hay que hacer -dijo- es quitarlos todos y dejar sólo uno".
Añadió que otra complicación en ese proceso es que "habitualmente a temperatura ambiente, esos átomos se mueven a velocidades muy rápidas, incluso superiores a las de los aviones, a kilómetros por segundo", y sin embargo, "hay que conseguir pararlos completamente".
Como aplicaciones de la física cuántica que pronto serán realidad citó los simuladores de materiales que a muy bajas temperaturas ofrecen "propiedades muy especiales, que luego pueden tener aplicaciones, como conducir mejor la electricidad".
Cirac también se refirió a la telepatía entre átomos, por la que a distancias muy grandes, dijo, "de repente uno empieza a hacer el mismo tipo de cosas que otro, sin comunicación entre ellos".
Así, explicó, "si uno emite luz, el otro también, y si uno no emite el otro tampoco; se comportan de manera aleatoria, aunque de forma completamente correlacionada".
Esta propiedad tiene aplicaciones en criptografía, "para mandar mensajes secretos y también se puede usar para que los mensajes desaparezcan de un sitio y aparezcan en otro sin necesidad de que pasen por ningún sitio, con lo cual nadie los puede descifrar".
La física cuántica también permite el teletransporte, por el que las propiedades de un objeto desaparecen del mismo y surgen en otro objeto microscópico en un lugar distinto; "no se transporta materia, sino que las propiedades físicas de la materia se pasan de un objeto a otro", concluyó.
Noticia publicada en Terra (España)